jueves, 3 de enero de 2008

y en el final susurraste: más que a nada en el mundo

No se puede pretender la sonrisa completa (refiérome a los 32 dientes que posees) en su máximo esplendor /cuando tus ojos/en un momento litúrgico/ se hunden en la desesperación de una conversación llena de trompos/ te digo la a/ luego la b/ no me se la c y juro de rodillas que la z la pronuncio bien/ pero debajo de toda esa comunicación inexistente/ de toda esa palabra que se desvanece en mis labios/ hay un dejo imposible de amor/ imposible porque no concuerda con las ideologías bien marcadas que cada uno asumió/ imposible porque nada tiene de cierto que los astros titilan allá a lo lejos/ imposible porque cada uno tomó una letra y la cambió/ despiste/ desviste/ cosa que al final da lo mismo/
Los dos quedamos con sólo aire entre los dedos//



[mateo]

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